Naranjo Santamaria nace un Domingo de verano, medio día, delante de una paella y la conversación era acerca del apadrinamiento o adopción de gallinas; por la época, había una empresa que parecía tener bastante éxito con las gallinas, y en la mesa se discutía de lo brillante y absurdo de la idea y poco a poco, la conversación derivó en apadrinar naranjos, en el placer de estar en la huerta, pasando un día apacible, acabar la paella y hacer una sobremesa al sol. Si alguien paga por llevarse una gallina a casa, también habrá gente dispuesta a pagar por llevarse naranjas a casa, ¿no?
La idea principal era la de apadrinar naranjos, aunque no sabíamos muy bien en qué consistiría. Por entonces, estábamos debatiendo si seguíamos cuidando de los árboles o los abandonábamos, así la idea de apadrinar naranjos era para rescatar el huerto del abandono, ya que los precios del mayorista no cubren los gastos que su cuidado genera. Pensamos que la gente no querría ayudar a los naranjos para el lucro de otras personas, aunque obtuvieran sus naranjas, así que decidimos que también ayudaríamos a una causa benéfica y elegimos a una Escuela que las monjas de Albal tienen en Guatemala. Con las que llevamos colaborando desde hacía años, en la organización de cena y carreras benéficas y cuya asociación se llama: "Por esa sonrisa"
Así, con el apadrinamiento, no sólo se ayudaba a rescatar los árboles del abandono, si no que también se ayudan a niños de Guatemala. Para complementar el servicio, decidimos vender naranjas en cajas de 10 o 15 kg, para personas que no quisieran quedarse con toda la producción de un árbol.
Poco a poco le dimos forma a las ideas absurdas que en un principio surgieron y creamos así http://naranjos.webnode.es/
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